Stop bullying

En esta sesión fotográfica he buscado plasmar una denuncia clara y contundente contra el acoso que sufren miles de personas a diario, un problema que causa un profundo dolor y sufrimiento en la mayoría de las víctimas.

La modelo española Cristina Tena ha sido la protagonista de esta propuesta artística. Su cuerpo está completamente pintado de blanco, un color que simboliza la pureza, la paz y la inocencia. Sobre su piel se encuentran escritas múltiples expresiones que representan las palabras y frases utilizadas por agresores y agresoras para atacar, humillar y disminuir a sus víctimas, dejando al descubierto el impacto devastador que puede tener el lenguaje en la vida de quienes lo padecen.

El bullying es un problema serio que afecta a millones de personas, especialmente en entornos escolares, pero también en el trabajo y en la vida cotidiana. Sin ir más lejos, yo mismo he sufrido acoso laboral, y ciertamente es muy desagradable y descontertante, sintiendote muchas veces impotente, por el poder que tienen tus superiores. Se manifiesta en forma de acoso físico, verbal o psicológico, y su impacto negativo puede ser devastador tanto a corto como a largo plazo.

Uno de los efectos más inmediatos del bullying es el deterioro de la autoestima de la víctima. Aquellas personas que sufren acoso a menudo comienzan a sentir que no valen lo suficiente, lo que puede llevar a una pérdida de confianza en sí mismas y a un sentimiento constante de inseguridad. Esto puede afectar su rendimiento académico o laboral, y dificultar su capacidad para formar relaciones saludables.

El impacto psicológico del bullying también puede ser profundo. Las víctimas a menudo experimentan ansiedad, depresión y estrés crónico, lo que puede derivar en problemas más graves como trastornos alimentarios, insomnio o, en casos extremos, pensamientos suicidas. Además, el bullying prolongado puede dejar secuelas emocionales que persisten incluso en la edad adulta.

En el ámbito social, el bullying puede causar aislamiento. La persona acosada puede sentirse sola y rechazada, lo que agrava sus dificultades emocionales. El miedo a ser juzgada o rechazada nuevamente puede hacer que evite participar en actividades sociales o comunitarias, afectando su desarrollo personal y social.

Para combatir el bullying, es esencial promover la empatía, el respeto y la comprensión en todos los ámbitos. La intervención temprana, tanto de padres como de maestros, es crucial para proteger a las víctimas y educar a los agresores sobre las consecuencias de sus acciones.

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